lunes, 11 de marzo de 2013

Barcelona Beer Festival 2013 (#BBF13): Mi visión del evento

Durante este fin de semana se ha celebrado en Barcelona el 2º Barcelona Beer Festival (#BBF13).
Un festival cervecero que, a pesar de estar tan sólo en su segunda edición, ya queda claro que viene para quedarse, y del que espero ya desde ahora su tercera entrega.


La venganza de la primera edición

Un año después de la primera edición, en la que sólo pude ver la puerta y por el lado de fuera, servidor de ustedes tenía planificado que semejante catástrofe no podía volver a suceder.
Afortunadamente este año he podido entrar y, como sé que la organización no lo hizo en su día con mala intención sino que murieron de éxito, de todo corazón les perdono (aunque yo aceptaría gustosamente unas cervecitas de desagravio, claro está).


Sincronicemos relojes

Mis compromisos y mi economía sólo me permitían asistir a uno de los tres días, y elegí el sábado. El viernes tenía ensayo de castellers, que es otra de mis religiones, y era mejor tener el domingo libre para conseguir el perdón familiar, así que decir que elegí yo es un eufemismo.

Habíamos quedado con los amigos que el viernes decidiríamos el plan, pero yo ya tenía muy claro que a las 11 en la puerta, y el que no pues nos veíamos dentro si tenía suerte.
Al final hubo bajas por enfermedad, compromisos sociales, pereza y otros varios (algún asustado por no poder entrar incluso), y gente que decidió que mejor el domingo, conque quedamos el señor H y yo.


Madrugar para beber cerveza: El concepto

Como sobreviviente a cierto tipo de eventos alcohólicos de resistencia, como las Fiestas de San Lorenzo de Huesca (cada año, mientras fui joven y soltero), sabía que había que ir preparado en cuerpo y alma, así que le preparé unos huevos fritos para el cuerpo, aprovechando el aceite de freír la longaniza que le regalé al alma. Decidí sacrificar el tradicional acompañamiento de melocotón con vino, que aparte de no ser época, no convenía mezclar ni empezar a beber a las 8 de la mañana.


Vale, me dejo de rollos y empiezo a hablar del festival

El señor H y yo llegamos al sitio en cuestión con 5 minutos de adelanto sobre el horario previsto (hecho increíble para dos padres de familia). Sin cola para entrar, ni para pedir las primeras rondas. Fantástico.




Tal y como entramos vamos directos a recoger copa, guía y fichas. Todo ello mereció nuestra aprobación. Bonito logo en la copa (una media pinta clásica, con algún centilitro extra según la guía y los entendidos). Una guía bien editada (al menos para mi gusto) y útil a la postre, en catalán, castellano e inglés. Para las fichas adaptaré una frase que he visto por el twitter: “te sientes como en un casino, en el que siempre ganas”.


La cuadratura del círculo

Un acierto de local. El Arena BBF stadium tiene un buen aforo y unos buenos servicios. Esto me pareció cuando llegué y lo mantengo después de haber salido del recinto. Luz natural y buenas vistas de Barcelona en la terraza exterior. Chapeau.
Espectacular barra, en línea recta, con 50 tiradores. Un acierto ponerlos todos así con lo cual se podía hacer cola cómodamente en cualquiera de ellos. Espacio central abierto, con un lavadero para los vasos, y en el lado opuesto a la barra una línea de chiringos de comida (Mención especial a Asturias país de quesos, aunque me hayan dejado esta vez sin Gamoneu.) y otra de puestos varios: venta de fichas, merchandising y demás. Pocas mesas y sillas ninguna, por poner algún defecto, con lo que se acabaron organizando algunos campamentos sioux, sobre todo por la tarde. La comida buena, pero se echa de menos platos contundentes "para hacer de cojín".



La pizarra como show

¡Ese pedazo de pizarra!
50 cervezas, 50. Con su denominación, número de tirados y índice en el catálogo.
Vaya mi pequeño homenaje a los encargados de mantener la pizarra, cambiar cada línea al acabarse el barril, tocar la campana y provocar el grito entusiasta de los congregados al descubrir el nuevo caldo a probar. Un acierto que ha de mantenerse en todas las ediciones (como mucho, pasarla a digital, pero pienso que le quitaría parte de la gracia).


20 cervezas de amor y una estrella desesperada

La maratón cervecera la publicaré aparte, que esta entrada ya me ha quedado largo de narices.
Pero vaya por adelantado que he bebido mucho y lo he disfrutado todo.


Y como es de bien nacidos ser agradecidos...

Mis felicitaciones a la organización, incondicionales y desinteresadas (aunque como ya he dejado claro antes, acepto cervezas por motivos variados).


Gracias por traernos estos maravillosos caldos, y permitirnos disfrutarlos en buena compañía y un ambiente más que adecuado. Si hay un Dios, os lo pagará por dar de beber al sediento y si no, que nos quiten lo bebido.


Espero que vosotros también lo hayáis disfrutado, al menos tanto como para organizar la edición del año que viene. ¡Salud!

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