miércoles, 27 de febrero de 2013

Hackeando IKEA


Esta entrada va a tratar sobre una chapuza que se me acaba de ocurrir y que además me ha quedado bien y todo. Según mi santa esposa es una “frikada”, pero como el público que se asoma por aquí es mayoritariamente "friki", sector cerveza, pues ahí lo dejo.

A todos nos ha pasado

Estás en la taberna “X” (especialidad callos, boquerones y tapeo variado) donde resulta que, por alguna de aquellas maravillosas casualidades de la vida, tienen en stock una fantástica cerveza artesana austrohúngara,  que tu radar detecta de manera aparentemente casual (aunque tú sabes que es el resultado de años de entreno y perfeccionamiento).

Por supuesto que vas y pides esa increible cerveza "Y", utilizando tantas pronunciaciones diferentes como sea necesario hasta conseguir que el camarero diga: “Aaah, la cerveza rara esa de ahí” (acostumbra a funcionar el inglés de orquesta de pueblo, o pedir directamente “la cerveza rara esa de ahí”).

Como te despistes un poco imaginándote lo bien que va a maridar la cerveza con esos callos caldosos con garbanzos, bicho, y taquitos de jamón, ñam, ñam, que rico... te la intentarán servir en vaso de tubo, plástico o vete tu a saber que recipiente curioso. ¡Y a veces incluso lo consiguen!

La solución a este problema parece fácil: “a partir de ahora me llevo una copa en el coche”...
Pero ¿cómo?


Bricolaje cutre del malo

A continuación, y después de esta licencia que me he permitido para entretenerme un rato, os explicaré un facilísimo montaje, casi merecedor de una entradilla en IKEA hackers.


Resulta que en mi cocina tengo unas lámparas de cierta multinacional de mobiliario sueco (una cualquiera, no se trata de hacer publicidad). Cosas que pasan, de tanto en cuando se funden las bombillas y tengo que comprar recambios.



¿Que curioso tamaño tienen estas cajitas de cartón, verdad?. Algo así como... como... como el de las copas cáliz, por poner un ejemplo aleatorio, ¿no?



. Y fíjate que original sistema utilizan para asegurar la parte redonda de la bombilla... me parece a mí que lo podríamos utilizar para otra cosa...



Pero no todo iba a ser perfecto, habrá que hacer algún invento porque tal cual la copa no acaba de entrar.



Parece ser que la culpa la tiene la tapita del fondo, que nos hace perder unos pocos centímetros, así que la sacamos.



Y sencillamente la montamos al revés. La copa no caerá al estar el pie sujeto en el otro extremo.



Aunque la copa ya está razonablemente sujeta, no está de más proporcionar algún elemento extra de protección. A mí se me ha ocurrido utilizar papel de cocina, que es barato y puede tener un uso extra después de utilizar la copa: secante y servilleta.


Como extras, en el tapón podemos llevar algunos posavasos, que también tendrían su función protectora, y encontrando el modelo adecuado se podría utilizar el espacio vacío alrededor del tallo para llevar algún abrebotellas, sacacorchos, etc.

Espero que a alguien le sea útil.