jueves, 6 de diciembre de 2012

Mi primer caso de Lupus, ya era hora (Dr. Gregory House)

Estando yo tan tranquilo en mi casa esta noche, con toda la familia ya durmiendo y con ganas de tomarme una cervecita, he abierto mi caja de nuevas adquisiciones y me he encontrado con una sorpresa:

¡Tengo lupus!

En concreto una Wolf 8, según la etiqueta de Brouwerij Lupus.


Cuando uno ve una etiqueta tan negra escondiendo una cerveza tan oscura y anunciando 8.5º, ya se puede imaginar de qué va el tema: maltas tostados, azúcares, café, regaliz, etc.

Mi sorpresa inicial ha sido una bonita capa de espuma beige, cremosa, que hasta me ha formado una bonita "magdalena", que no he sido capaz de captar en la foto. La frondosidad inicial de la espuma ha ido reduciéndose paulatinamente aunque no ha desparecido del todo, y bastante ha quedado adherida a la copa, aún sin formar aros completos.

En cuanto al aroma, me esperaba notar mucho más el alcohol, pero afortunadamente no ha sido así: Café, caramelo "de flan" y esa especie de olor a habitación cerrada bastante característico en las cervezas belgas contundentes. Algún día aprenderé algo y lo podré explicar mejor, pero mucha malta y poco lúpulo.

La primera sensación del gusto ha sido un tanto curiosa. Me ha transportado a una juerga castellera universitaria en Baó, el día que descubrí la Jenlain. Pero no es a la cerveza francesa a lo que me ha recordado. Aquella noche cuando se acabó el alcohol, acabamos haciéndonos "cubatas" de... ¡cocacola con nescafé! (uno ha sido joven y ha cometido excesos, jajajajaja).

Sí, sí. A mi también me ha sorprendido la relación, pero pronto he tenido que darle la razón a mi subconsciente. De entrada un gusto dulzón algo picante en boca, recordando algo la efervescencia (sin mucho gas en el líquido, aunque quizá algo ayudado por la generosa capa de espuma inicial). Como una cocacola... de 8,5º. Después de ese primer momento, el gusto ha pasado más bien a ser un potente ataque en toda regla de azúcar de caña con algo de café en fondo, como si mojaras un poco un terrón de azúcar moreno en el café y luego lo dejaras fundir bajo la lengua, llenando la boca en el quizá sea el momento más bonito de esta cerveza, para mi gusto al menos.

El regaliz llega en cambio en el retroaroma, con suavidad pero claramente. Más como el original en raíz y no una pastilla Juanola, para entendernos. Fantástico pues muchas veces el gusto excesivo a regaliz de algunas cervezas oscuras me puede llegar a molestar. No ha sido el caso.

La cerveza se ha ido "espesando" a lo largo de la degustación. Mi primera impresión ha sido de poco cuerpo, quizá engañado por la apariencia inicial de la espuma y por lo disimulado que está el alcohol, aunque de cara al final se ha "alquitranado" un poco más, dejando salir cada vez más la malta.

Final dulce: azúcar quemado, como el de la "crema catalana" y algo más de regaliz.
Por buscarle algún defecto, quizá me haya dejado la boca un poco pastosa, pero se le puede perdonar fácilmente.

En resumen una cerveza muy agradable, que sin ser excepcional me ha gustado hasta obligarme a escribir estas líneas.




lunes, 26 de noviembre de 2012

#FFdA 2.0 (Capítulo 3 - sesión "cochina")

Última entrada sobre el 2º Finde Fondo de Armario.

¡Para no haber escrito nada en meses, me he prodigado bastante!

Pues después de lo "mal" que me porté el sábado, el domingo tocaba vida familiar (y muy a gusto oiga).
Así que nos hemos ido con otros amigos a Vallgorguina, a  una Feria de productos artesanos y a caminar por el bosque a visitar un dolmen. Un bonito día altamente recomendable para todos los publicos.

Como lo cortés no quita lo valiente he aprovechado para descubrir las cervezas Ninkasi, del Solsonés.
Muy suaves y limpias, con el lúpulo marcado pero sin abusar, en el nivel justo que mi señora no encuentra todavía molesto.

Así que la tercera cita del #FFdA ha tenido que esperar hasta la noche, después de la vuelta a casa y de nuestro cívico deber de votar en las elecciones catalanas.

Se me hace hasta raro hablar de cervezas hoy que mis amigos y conocidos están todos analizando resultados y elucubrando sobre nuestro futuro político, pero ya tendré tiempo.
Esta semana habrá que hablar de ello largo y tendido.

En fin, como en la anterior edición del #FFdA hoy me ha apetecido montar una sesión de "rarezas" belgas, pero me ha salido una sesión bastante "cochina", como podréis ver en las etiquetas.


A la izquierda, una tradicional Rodenbach con la que mi mujer se ha unido a la fiesta. Un clásico en mi casa.

Por mi parte, he empezado con una Zwijntje (en flamenco: "cerdito").
8º, doradita, una triple de carácter belga 100%, maltosa sin ser muy dulzona y muy fácil de beber.
Ha combinado muy bien con el cremoso queso de búfala que hemos comprado por la mañana..
Sin complicaciones ni pretensiones. Sincera y directa. Una buena compra.
Pensaba que sería producción de alguna pequeña cervecería, pero luego he descubierto a los buenos de Van Steenberge detrás (gracias a la etiqueta, no es un gran mérito). Pues pensándolo bien, algo de Augustijn puede que tenga, aunque hace ya bastante de la última que me tomé.

La siguiente en caer ha sido la Den Bi3r de Den Tseut.
Primero me pensaba que la cerveza se llamaba Uestekluesen Tripel, pero al final he visto que se refería a su lugar de origen Oosteeklo.
Otra tiple, esta vez de 9º y con Dry Hopping. Un punto divertido de lúpulo en una cerveza fuerte, pero en la
que el alcohol no se nota demasiado, aunque se adivine por la densidad del tema y la calidez que deja.
De esta gente sí que no tengo ninguna referencia, pero me alegraré si encuentro algo más suyo por ahí.
Otra cerveza fácil... si te van las triples de alta graduación, claro.

Y ya para matar el tema, y intentar desmontarle otra estadística al Birraire, he ido a atacar al arsenal nacional y me he metido entre pecho y espalda una 1000 nits de Art cervesers.
Es muy curioso que la primera cerveza de Art (2009) la hayan dejado envejecer y no la hayan vendido hasta... aproximadamente 1000 noches después.
Aquí si que el toque de barril aparece claro y queda en boca un rato largo. Ha aguantado el tipo de las dos anteriores, aún con bastante menos grado, seguramente por el toque que le ha dado la guarda.
Seguramente era mi última botella forever and ever, dado que es una edición irrepetible, y no creo que alguien me regale de las suyas.

Pues nada, se acabó el #FFdA.
Espero que todos los "participantes" se lo hayan pasado tan bien como yo, y ahora durante unos días a leer lo que hayan publicado los demás, a ver que se puede aprender por ahí.

¡A ver si para el próximo post tardo menos!






#FFdA 2.0 (capítulo 2, una celebración altamente esperada)


Hasta hace sólo 2 días tenía mis dudas sobre qué y como publicar esta entrada.
Sí, ya lo he dicho sobre el #FFdA del viernes... y lo repito otra vez sobre el #FFdA del sábado.

Como ya avancé en la entrada anterior, las condiciones parecían propicias para abrir unas cervezas conmemorativas con mis amigos Pere, David y Carles. Estas condiciones favorables (que no hubiera otros eventos familiares y sociales pero básicamente que no nuestras respectivas no se pusieran en contra) se confirmaron el mismo día por la mañana, así que organizamos rápido la cosa. No fuera a cambiar el viento.

Para poneros en antecedentes, estas cervezas nos estaban esperando desde el 24 de Octubre de 2010, fecha en que los Castellers de Sabadell descargamos nuestro primer 3 de 8!


Ya sé que no es nada habitual poner fotos de Castellers en blogs de cerveza, pero como esto es lo que celebrábamos, pues ahí va.

Desde nuestros inicios como Castellers, decidimos comprar unas cervecitas para celebrar los castells nuevos, y ver como las cervecitas mejoraban con los años, al igual que nuestras construcciones.

Lamentablemente, durante unos años quedamos bastante estancados pero últimamente las cosas nos van pero que muy, muy bien.

Para esta ocasión aún nos quedaban unas botellitas de...
... Chimay Grande Reserve 1999!

Pues sí.

No sólo nos apretamos cada uno una de estas preciosidades, sino que antes nos repartimos como buenos amigos otra "del año" para poder compararla.

La mayoría de la gente que se pueda interesar en un blog como este, conoce la cerveza y sobradamente, y se puede imaginar como queda el caldo a la que le pones años.

Monosílabos de aprobación. Ruidos guturales. Sonrisas de satisfacción. Meditación budista. Apertura de chacras. Ligera levitación y coros celestiales.

A la que pudimos articular palabras, recordamos con cariño y grandes lagrimones las extintas botellas de 1993 con las que celebramos todos nuestros castells hasta nuestro primer 4 de 8...

¿Y qué **** te tomas después de esto?

Pues no hay mucha cosa, pero nuestro fantástico anfitrión Pere desapareció por la puerta, y volvió de su particular fondo de armario con unas Westvleteren 12 (raro que no aparecieran en un #FFdA, ¿no?).

Para David y Carles era su "primera vez" y alucinaron pepinillos. La pregunta obvia surgió enseguida:
¿Y que tal envejece?

Pues resulta que yo lo sé.   ;)

En fin, este año se ha hablado mucho en los blogs cerveceros sobre las Westvleteren y su relación calidad / precio, y si bien es cierto que se paga mucho en relación con cervezas bastante parecidas (Rochefort 10 por ejemplo) ayer nos demostró de sobra que puede estar a la altura incluso de grandes caldos añejos.

#FFdA 2.0 (Finde Fondo de Armario - el regreso)


Como ya he dicho en la anterior entrada, hasta hace sólo 2 días tenía mis dudas sobre qué y como publicar aquí.

La actual reorganización de mi despacho ha dejado temporalmente mi "fondo de armario" en una posición de muy difícil acceso, y aunque algo me queda todavía por la cocina, quizá la cosa hubiera quedado por debajo de las expectativas.

Pero este mismo viernes por la noche, acabando el ensayo de Castellers de Sabadell me encontré tomando una cervecita con tres de mis mejores amigos: Pere (cervecero adicto del que ya he hablado otras veces), David y Carles. Por cierto las cervezas eran unas Zaragozana Export, que hay cierto nivel en nuestro local!

Curiosamente con estos mismos amigos llevamos más de un año buscando un día en el que quedar tranquilamente a abrir unas cervezas que compramos mancomunadamente en su momento. Como en otras ocasiones salió a colación la búsqueda de la fecha, y sorprendentemente todos vimos posibilidades de
intentarlo... al día siguiente!

Pintaba bien el fin de semana, así que decidí convencer a otro par de amigos, Kevin i Xavi, para desquitarme de otra preocupación cervecera: ir a La Microcerveseria de Sabadell para probar su Pumpkin Ale antes que se acabara (actualización: hoy mismo se ha acabado), sobre todo después de los dientes largos que me puso Birraire justo un día antes.

La cerveza no entra en la categoría #FFdA, pero como no sé cuando voy a volver a publicar aprovecho para aplaudirla públicamente y que quede constancia escrita.
Queda.

Después de dar cuenta a su Weisse Dunkel (que a mí me queda pendiente) Kevin decidió que la noche llegaba a su fin, pero Xavi y yo nos apuntamos a una oferta que no pudimos rechazar:
Una botella de La Vella Creu Alta.

La Vella Creu Alta es la cerveza que Oriol y Roger elaboraron para celebrar el primer aniversario de su local, y como de esto ya han pasado unos meses... técnicamente hablamos de una auténtica #FFdA.
(que el armario no sea el mío no cuenta, ¿verdad?).

Gran sorpresa de la noche. Estupendísimo Barley Wine. Cervezón mayúsculo. Orgullo de sabadellense.
Con sus 9.5 este Oporto cervecero, Muscat de melocotón, se ha ganado un lugar en mi corazón aún siendo yo más de amargas que de dulces.

Estoy esperando desde ya la nueva edición, para esta vez envejecerla pero en mi propio armario.

Segundo aplauso de la noche, esta vez con las orejas, para los cerveceros de "Or i Plata".

Como semejante y tamaña cerveza requiere su tiempo, se hizo la hora de cerrar y poco después me encontré en casa sin sueño, y con ganas de tomarme aún otra. Después de una prospección debajo del "fregadero" de la cocina, apareció una botella que había quedado milagrosamente olvidada... vete a saber
cuando: Una Liefmans Kriekbier.

Debe tener algún año que otro, porque creo que ahora la elaboran con otro nombre. Ni tan sólo recuerdo su procedencia. Sospecho que un regalo de mi amigo Rik...

Pero en fin, nos arriesgamos a abrirla a ver si ha aguantado bien y ¡3ª diana de la noche!

De color rojo intenso, pero más oscura de lo que la recordaba.
Una espuma que aunque ha desaparecido bastante rápido me ha dejado ver que la cerveza iba a estar en buenas condiciones.

Buena, buena, buena.Unas cerecitas dulces pero a la vez ácidas. Después una sensación cálida y un regusto más seco. Recuerdos de una barrica de madera, como si se hubiera "acoñacado", salvando las diferencias.

Un buen final para el primer día de un #FFdA que amenazaba sin prometer mucho, y acababa el primer día genial, y con muy buenas perspectivas para el segundo... que explicaré en otra entrada.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Las culpas se las volvéis a echar al Birraire (previa del 2º #FFdA)


Después de 4 meses sin publicar nada, vuelvo a retomar el blog.

La culpa de la dejadez es totalmente mía. Así que por si acaso mis disculpas en el caso que alguien esperara grandes crónicas, eventos o al menos palabrería periódica.

Pero el culpable del retorno es otra vez el señor Birraire, el mismo que en su día también me obligó (al menos moralmente) a crearlo. Vease (o no) Las culpas se las echáis al Birraire.

Este blog nació hace casi medio año porque me apeteció sobremanera asistir a una "cervezada" ligeramente digital: El primer Finde Fondo de Armario o #FFdA según el argot twittero.
Para quien aún no sepa de qué estoy escribiendo, sigo suscribiendo lo que ya dije en su día:

Se trata de reunir al máximo número de cerveceros locos abriendo armarios arcanos donde acumulan gloria bendita ciertas cervezas, con la esperanza de ser abiertas en ocasiones memorables.

Esta iniciativa, "patillera" según su creador el susodicho señor Birraire (que Sint Sixtus le de salud, sed y presupuesto para su armario), ha dado origen a una segunda edición precisamente durante este fin de semana.

Creo no equivocarme si afirmo que los motivos de este esperado regreso son:


  1. Que la repetición del evento ya era algo planeado en un primer momento (véase su entrada "1er-ffda", que ya anuncia que habrá como mínimo un "2o-ffda").
  2. Que el armario del organizador, aún vaciándose frenéticamente, no lo hace al nivel que requiere su volumen de adquisición de grandes productos derivados del agua (entre otros ingredientes).
  3. Que el suegro del antes mentado se moría de ganas por aparecer a saludar, sobre todo después de la gran acogida en sociedad de la "Iaia" Birraire (a  la dos les presento mis humildes respetos).
  4. Que los participantes en el anterior evento, entre los que me incluyo, deseábamos volver a tener una excusa barata para abrir botellas especiales, y lo más importante: bebérnoslas! (vayan por adelantado mis saludos y brindis con todos).
  5. Que las cervezas de los no participantes en el anterior evento querían salir del armario (¡sean  bienvenidos!).
  6. Que todo lo expuesto anteriormente son excusas baratas. ¿Quien necesita motivos para tomarse una buena cerveza?

En fin, mientras disfruto "probablemente mi última birra del #FFdA" (gran frase del sabio aquel que tuvo que rectificar) voy a publicar esta entrada, primera de varias, para que nuestro anfitrión vea que tengo material en cartera y no haga su increíble y desde ya esperado resumen antes de que mi entrada vez la luz.

¡Salud! / Salut! / Gezondheid!

domingo, 15 de julio de 2012

#MCV2012 - Mis Cervezas de Verano

Bueno, bueno, bueno...

Como se puede apreciar por los días que pasan entre las entradas de este blog, parece que me cuesta encontrar la inspiración. Y mira que esta semana lo tenía fácil, con la segunda convocatoria de birraire, para comentar nuestras cervecitas estivales (lo de nuestras, va por los locos que le seguimos sus "patilladas", según su propia definición). .

En fin, como la culpa no ha sido del todo mía, y ha sido por una buena causa, pues en vez de pedir disculpas de forma desaforada, vamos de lleno al tema... mentira, voy a dar rodeos como siempre!

Vamos por las tres categorías a comentar:

LL: La Local

Pues habría que tirar para casa, así que mi primera intención fue ir a probar algún viernes la Kölsch de la Microcerveseria. Oriol i Roger tendrán que perdonarme pero en las últimas tres semanas me ha sido imposible, a pesar de los dientes largos que ya me puso desde el primer día el señor Birraire.

Si alguien se pierde por aquí, igual ha leído otras entradas anteriores y habrá visto que una de mis grandes aficiones son los castellers (torres humanas). Pues aquí está el "problema". Los Castellers de Sabadell estamos teniendo un mes particularmente intenso y acabamos los ensayos de los viernes bastante tarde. Entre que comentamos la jugada y recuperamos "en parte" el líquido que previamente hemos sudado, se hace una hora tan intempestiva en que la Micro ya ha cerrado!

Por suerte, en el local de los Saballuts también tenemos un más que aceptable surtido de cervezas, y ya que de verano va la cosa, este viernes me dio por reencontrarme allí mismo con la cerveza de temporada estival de Art Cervesers, la Art Lumen.

La Lumen es para mi gusto un fantástico lager que me provoca problemas de conciencia. Sin tener tanto cuerpo "maltoso" como su otra lager, la Orus, ni ese toque más lupulizado de la Flama (una IPA que curiosamente me transporta a Bélgica), se deja beber "demasiado bien" para mi gusto.

Que no se me malinterprete, que mi problema de conciencia es económico. No puedo permitirme tomarme 3 ó 4 cervezas artesanas seguidas todos los días! Y la Lumen dura... demasiado poco! Así que mi bolsillo prefiera cervezas más... digamos "copa".

De todas formas la Lumen es una de mis candidatas al LL, y a falta de probar la antes mentada Kölsch la otra va a ser la Bitter de Or i Plata, una quasi-IPA que tiene esa virtud de ser gustosa pero sin cargar el paladar en exceso, y que siempre me apetece repetir.




DS: De Super



Como esta entrada ha salido tarde, pues ya sé que la Franziskaner Hefe-Weissbier ha sido la más comentada, como por otro lado era de prever. Pero mis cervezas "de super" van por otros derroteros.

Aquí también voy a atacar por dos frentes, y en este caso sí tengo disculpa pues si bien paso la mayor parte del verano en mi ciudad natal Sabadell, cuando puedo me escapo algunos días al pueblo paterno en Huesca.

Mi cerveza "de Super" comprada en Sabadell tiene un mérito especial: le gusta mucho a mi mujer!
Cuando conocí a mi señora "no le gustaba la cerveza", pero después de un viaje a Bélgica y de ir probando algunas de las cosas que tengo por casa, ha descubierto que no que "no le gusta es la estrella (Damm)".

Cuando una cosa nos gusta a mi mujer y a mí, ha de ser buena por narices, ya que no podemos tener los gustos más opuestos en según que cosas. A mi mujer no le gustan las cervezas muy amargas, ni muy alcohólicas, así que este caldo está casi en su límite (aunque una vez me desapareció misteriosamente una Westmalle Tripel de la nevera, pero en esa ocasión casi me alegré).


Demasiadas líneas ya sin decir que mi primera candidata a cerveza "de super" es la Alhambra 1925.
Algo más baja de graduación que otras cervezas comerciales que acostumbro a comprar (quizá escribiré algún día de ellas), es para mi gusto muy "redondita". Su ligero toquecito amargo, el malta que aparece lo justo para no molestar, pero como ya dije antes su principal virtud es que le gusta a mi mujer, lo que le permite aparecer bastante por nuestra mesa, sobre todo en algunas cenas de pizza.

Mi cerveza "de Super" aragonesa (aunque a veces la puedo comprar por aquí) es la Ambar 1900. Hace muchos años que me gusta casi todo lo que hace Zaragozana (aunque ya de muy joven aborrecí la Ambar de barril, al extremo de tener que tomarme las cañas con lima), y el hecho de que una marca española hiciera algo en alta fermentación siempre me pareció loable.

Algo más maltosa que la Alhambra, y con una espuma que se agarra al vaso (hablo de memoria, aún me faltan algunos días para reeditarla), no falta nunca en mi nevera oscense, junto con otros caldos de la misma marca: mi clásica Export y la preciosa Cesaraugusta (que pensé como candidata porque a parte de lo bien hecha que está como cerveza blanca su diseño me parece precioso, con su botellita tipo belga, sus letras doradas grabadas y su chapa tipo moneda romana, pero que al final he descartado comparándola con la 1900 a nivel de precio).




??: Birra Comodín


Esta vez va a ir una de las favoritas de mi señora: la Rodenbach "clásica", que precisamente nos hemos tomado esta noche.

Un red ale ácido, afrutado y ligero. Ese color rojizo precioso, que anticipa ya los frutos rojos, cerezas, pero no el vinagre que le da ese feliz contraste. Otra cerveza demasiado fácil, como casi todos mis queridos red ales / "bruintjes", pero que a nivel de conciencia me cuesta menos perdonar, seguramente por ser belga.

Paseos por Roeselare, mis pinitos en flamenco para pedir un café con hielo en un desacostubradamente tórrido mediodía, y unos zapatos que me compró Eva en una animada conversación entre la chica de la zapatería y ella, cada una en su idioma, sin entenderse pero comprendiéndose!

Recuerdos encerrados en esta poesía líquida los que me evoca (por supuesto solamente a mí!) esta cerveza.


lunes, 18 de junio de 2012

Mezclando presente y pasado (o la nota de cata que esperó casi 20 años)


Tres semanas sin escribir es mucho para un blog, ¿verdad?

Aunque este blog nació como una casualidad, para apuntarme a la gran movida del #ffda (ver posts anteriores), ahora ya está creado, y también sabe mal matarlo así, sin más.
Así que intentaremos escribir algo, buscarle un sentido y si lo tuviere una continuidad.


Escribir sobre cerveza ahora, que hay tanta facilidad para el tema, y tanta gente que sabe un montón, va a ser difícil.

Cuando descubrí el mundo de las cervezas fantásticas (vía Bélgica) no había blogs, ni websites sobre cerveza... ni sobre nada. Internet era un reducido  grupo de servidores al que en este país sólo se podía acceder desde universidades y pocos sitios más. Letra verde sobre fondo negro. Los cerveceros locos de la época tenían sus pequeños santuarios en algunos grupos de las llamadas "News" y en algunos bbs's de la época (como ISCA en Iowa), y pare usted de contar.

Nuestras fuentes de conocimiento de la época eran líquidas. Probábamos cervezas y nos gustaban mucho o poco, y no sabíamos apenas de estilos más de lo que nos querían informar las etiquetas de la época.
Nos sabíamos de memoria los grados de todas las cervezas del Maes de Sabadell, del Tropezón de La Llagosta, y lo poco más que nos caía en las manos.

Mi primer libro de cerveza, "Great Beers of Belgium", lo compré en el pabellón de Bélgica de la Expo de Sevilla, en 1992. En aquel momento, que nuestros caldos favoritos eran belgas, aquel libro se convirtió en nuestra biblia, y yo en un evangelizador pregonando la palabra del señor. Del señor Michael Jackson.
El cantante desteñido no, el connaisseur de la barba! (que Sint Sixtus tenga en su gloria)

Si en aquel momento hubiera empezado un blog como este, el señor Michael Jackson me hubiera acusado por plagio.


Como ya dije en otro post, por casualidades de la vida conocí a mi amigo Rik, que curiosamente era belga.
De la misma manera que nosotros estábamos impresionados del nivel de la cerveza belga, Rik quedó impresionado de lo locos que estábamos por el tema.
A los dos más locos del grupo, a Pere y a mi, nos obligo a visitarlo y para ser sinceros, no le tocó insistir mucho...

Nuestras fuentes de conocimiento pasaron a ser "in situ".
Visitamos fábricas tanto artesanas como industriales, cervecerías clásicas y no tan clásicas donde nos bebimos hasta el agua de los floreros (maltada, fermentada, etc, que conste!) y descubrimos otras maravillas del país que sólo vienen al caso delante de una cerveza, en conversación entre amigos.

Volvimos sabiendo algo más, y con algunos centenares de cervezas en el maletero, aproximadamente las mismas que en el interior.


Si en aquel momento hubiera empezado un blog como este, hubiera podido publicar quizá la primera reseña de cata en castellano y/o catalán de ciertas cervezas belgas. No hubiera sido una gran reseña, pero con algo se empieza!

En estos momentos y después de tanto rollo no sé aún como resolver la continuidad del blog, pero se me acaba de ocurrir como va a terminar este post.


En mi apreciado FDA (Fondo De Armario, término acuñado por birraire), tengo algunas cervecitas que guardo para buenas ocasiones, y los 18 años de mi colla castellera, Castellers de Sabadell, y el peazo actuación que hemos hecho bien lo valen!

Puestos a abrir una cerveza relacionada con este post, he buscado mi pequeño stock de la Brouwerij Van Den Bossche. Fue la primera que visité en mi primer viaje y a la que le tengo por ello cariño. Mi amigo Rik conoce personalmente al propietario y consiguió que nos hiciera una visita guiada, por la patilla.

Después de un pasacalles rápido por parte de sus instalaciones, el señor Van Den Bossche vio que realmente estábamos locos, así que interrumpió la visita, nos llevo hacía la puerta de salida... y nos lo empezó a enseñar todo de nuevo, con gran lujo y profusión de detalles.

Mientras Rik traducía del flamenco, nosotros veíamos con unos ojos como naranjas abrirse sacas de malta y lúpulo, con explicaciones mucho más allá de lo que podíamos comprender para la época. También se abrieron para nosotros gran parte de las compuertas y grifos de la maquinaria, donde vimos por primera vez protocervezas a medio hacer por unos, residuos por otros y información maravillosa por todos.

Mis primeras cervezas del señor Van Den Bossche me las regaló él mismo. Pere y yo nos repartimos una caja de 24 botellas mientras Rik nos decía que éramos unos cabrones (en perfecto castellano), y que en los años que hacía que él compraba allí no le había regalado nunca ninguna!


Si en aquel momento hubiera empezado un blog como este, hubiera abierto unas botellas suyas y las hubiera elogiado.

Aprovechando pues que tengo algunas de ellas en mi FDA, y particularmente una Pater Leuven Tripel a medio beber (jejeje), voy a acabar este post mezclando pasado y futuro y con una pequeña nota de cata, para practicar, que estoy algo desentrenado.

(como no son horas de pasar fotos al ordenador, pongo esta que he sacado de aquí)

La Pater Lieuven Tripel es una cerveza triple, de 8º, refermentada en botella.
El mérito no es mío, lo pone la etiqueta.

De color ámbar, genera una buena capa de espuma de entrada. Quizá no dure demasiado, pero afortunadamente tampoco desaparece del todo. En este caso el mérito creo que es del gas, pues es una cerveza bastante carbonatada. Este detalle resulta para mí una sorpresa muy agradable, pues la botella marca como fecha de caducidad el 2008 (lo cual vuelve a enlazar este post con el #FFDA).

El gusto predominante es la malta, dulzarrona sin ser empalagosa, azucar sin ser caramelo. Pan tostado, no quemado. Con los ojos cerrados hubiera apostado por un color más oscuro, la verdad.
Mi recuerdo de la misma cerveza "del año" no es el de ser una cerveza muy lupulizada, pero si lo hubiera sido en su día los años no han dejado gran rastro.

Los 8º están muy bien escondidos. No ofenden a nivel de aroma (ya por si acaso la serví en cáliz), ni en boca, y si acaso se notan es en un pequeño rescoldo de calor en garganta, muy agradable por cierto (a mi gusto y parecer personal, que conste en acta).

El regusto no es muy fuerte, pero se prolonga lo suficiente como para recordarte al cabo de un rato lo que acabas de beber, sin cambios.

Una cerveza fácil, agradable, sin sorpresas de principio a final. Una muy digna triple.


Desde aquí mi agradecimiento, reconocimiento y pequeño homenaje al señor Van Des Bossche, que incluyo oficialmente en la lista de culpables.


lunes, 28 de mayo de 2012

#FFdA (Finde Fondo de Armario) - sesión 2: clásicas


Capítulo 3: domingo.

Ya comenté en otro post mi afición a los castellers, con la que llevo casi tantos años como con la cerveza.
Hoy teníamos actuación, y escribo esto porque las cervezas a elegir dependían de si nos salían bien los castells o no. Afortunadamente a actuación fue en gran parte un éxito, y esta noche he abierto unos grandes caldos para celebrarlo.

No os podéis imaginar mi sentimiento de felicidad cuando he destapado mi caja de Westveleteren y he visto que aún me quedan 8! (y no hablo del pack de XII).
Aunque hace 10 años que no me acerco al monasterio, os puedo decir que he estado en el In de Vrede 4 veces, la mayoría con mi amigo Pere, y la última con mi señora esposa. En otro post os he hablado del maletero del Pere. Pues antes de beer rate, beer advocate y todo eso, nosotros ya cargábamos unas 100 botellas por viaje. Pere es un loco de las abadías de alta graduación y yo la verdad tampoco les hago ascos!

Entre otras cosas me he encontrado con una extinta "6" (tapón rojo) y con alguna "12" del siglo pasado!

Pero tampoco era plan de gastar todo lo "ahorrado" en una noche, así que de entrada me he decidido por una Westvleteren 6 ("caducada" el 2004) y una 12 (que no XII) cortesía del último viaje de Pere.

Pero que sepáis que he estado tentado de superar alguna de las fotos que he visto hoy, y hacer una cata con 4 Westvleteren diferentes!
La foto por cierto sigue sin ser mía, aunque se parece mucho a lo que tengo encima de la mesa.

Como describes los encuentros con una vieja amiga?
Pues igual hacía 4 o 5 años que no me tomaba una 6, seguramente de la misma caja y añada.
Las Westvleteren para mí tienen ese toque como de azúcar negro, y ese bajar cuello abajo de un buen coñac o whisky, potenciado aún más cuanto más vieja. Una nube dulce y cálida se queda entre el cuello y el cerebro y te hace escribir tonterías como esta.
Si no la habéis probado nunca, imaginad una Rochefort 8, y llevadla un punto más lejos... y dejadla en un armario unos añitos también...


Y como no todo va a ser bonito y perfecto, aquí viene quizá el único fracaso que podréis leer en todos los posts dels #FFdA, aunque era la crónica de una muerte anunciada.

No hace mucho me tocó vaciar del todo mi antigua habitación de soltero, en casa de mi padre.
Entre otras cervezas de mi colección de botellas, apareció alguna reliquia encerrada en un armario (esta vez sí) y todavía llena. A destacar una tal cual la de la foto, una Cuvée de l'Ermitage "pre-Grimbergen".
Seguramente, se la debí comprar a Santi, en mi primer santuario, el Maes de Sabadell.

Lamentablemente no se ha conservado bien, aunque quería aún recordar lo que fue. No me he querido jugar la salud, así que el líquido ha sido sacrificado en una sencilla aunque sentida ceremonia (y la botella vuelve a mi colección, of course!).


Para desquitarme, y en ello estoy aún, una Westvleteren 12, que no XII aunque del mismo año. Gracias de nuevo, Pere!
Las ganas de abrir una de las mismas, pero viejuna, han sido terribles, y he estado a punto de sucumbir al deseo, pero he preferido recordar primero la versión joven para poderla comparar otro día si mi memoria no me traiciona.

En una sencilla regla de tres, si la Westvleteren 6 se parece a la Rochefort 8, la Westvleteren 12 se parece a la Rochefort 10. Ahora, no decir nada más con semejante cervezón delante, es quedarse muy, muy corto.
Una cerveza oscura, poderosa a fuerza de malta, con ese mismo carácter dulce que me recuerda al azucar moreno (a mí, que conste). Embriagadora, con un gusto y un retroaroma persistentes hasta el extremo de que esta noche no voy a lavarme los dientes para dormirme con ellos.

Un consejo para la gente que tenga el pack de XII y no la haya probado aún. Tomar primero una cerveza de grado, para evitar un gusto fuerte de alcohol. No recomiendo tomarla como primera. Y después, intentad comprar una copa cáliz, abierta, tipo Chimay o el que viene en los packs de Grimbergen.

Bueno, y con esto doy por finalizada mi primera entrega de posts. Espero no haberos aburrido demasiado.

Salud y cerveza!

#FFdA (Finde Fondo de Armario) - sesión 1: grandes desconocidas belgas

Esta vez no os voy a aburrir comentando todo lo que hice el sábado... os aburriré con otras cosas.
Basta decir que no abrí el armario hasta las once de la noche, bien cenado.

De hecho, no hay tal armario. Sólo cuatro cajas "tipo bar", escondidas debajo de una manta en mi pequeño despacho, escondiendo detrás aún algunas botellas de 75cl.

Pues eso, después de una larguísima temporada sin levantar la manta (excepto para introducir unas Chimay Grande Reserve que a 4€ me parecieron una ganga), ayer tocó evaluar mis tesoros, de los cuales quizá alguno ya sea cadáver y me toque llorarlo.

Mis conocidos saben que mi afición empezó con los belgas, hará unos 20 añitos, y la mayoría de las cervezas que guardo son de aquel país. Sin entrar en detalles, después de echar un vistazo decidí empezar con las más nuevas y desconocidas, cortesía de los viajes de mi amigo Pere (cuyo maletero siempre ha sido motivo de inspiración para mí), y de mi socio Rik (cuyo país siempre ha sido motivo de inspiración para nuestros maleteros).

La primera, una Totentrekker, estilo "Oud Bruin".

Varios los motivos para empezar con esta cerveza. 
Mi "lista de la compra" para Pere en su último viaje estaba plagada de "bruins" y "red ales", que por aquí no llegan y que echo de menos. La culpa es de Rik, por viciarme con su Roman Dobbelen, la "bruintje" que nunca supe pronunciar. Esta cerveza no estaba en la lista y fue una de las sorpresas de Pere, al cual agradezco "dobbelenmente".

He de reconocer que el olor de entrada no es para todos los públicos, y a según quien le asustaría, porque huele a lo que sabe: vinagre! Eso sí, un santo vinagre, ácido a lo lambic (?) pero sin pasase, con un toquecito dulce de cereza y cítricos). Una buena capa de espuma y un poco de bastante gas (pero que para mí a esta cerveza le queda bien ser algo efervescente)... y unos buenos recuerdos.


La segunda, una Cluysenaer, belgian ale, strong ale, llámalo como quieras.
Lamento que las fotos no sean mías, pero se me acaba de jo... fastidiar el teléfono.

Una agradable sorpresa, que sin ser una Duvel tenía su qué. Peligrosamente fácil y también de color parecido (melocotón? miel?) a mis amados "bollekes" de De Konick, en el "Blauwe Wolk" del increible Filip que muchas veces no me quiso cobrar. Dulzor suave del maltado y otra buena corona de espuma, más densa esta vez.

Y como el Domingo había que levantarse por la mañana, pues ya vale!

#FFdA (Finde Fondo de Armario) - Intro

A iniciativa de uno de mis blogs de referencia cervecera, el Blog Birraire, se celebra este fin de semana un evento "semi-digital": el primer #FFdA (Finde Fondo de Armario).

Se trata de reunir al máximo número de cerveceros locos abriendo armarios arcanos donde acumulan gloria bendita ciertas cervezas, con la esperanza de ser abiertas en ocasiones memorables.

Como a veces nos falla la memoria, o se nos acumulan demasiadas, o las ocasiones memorables escasean, el Birraire nos ha brindado un motivo fantástico: porque sí!

Afortunadamente el evento no es 100% digital, porque a mi las cervezas me siguen gustando analógicas, pero la gracia es poder compartir la experiencia, y aquí entra la parte digital del asunto.

Una vez introducido el tema, os dejo unos minutos y voy a buscar la última cerveza de la noche, que me va a acompañar mientras escribo este post.

No esperéis grandes notas de cata, ya lo digo con anterioridad para no crear falsas expectativas, pero intentaré explicar al menos qué hacían esas cervezas en mis armarios, por qué estaban allí, por qué las he sacado, y qué me he encontrado por el camino.


Resumen cervecero de un fin de semana intenso.
Capítulo 1: viernes.

Aunque la tentación era comenzar la historia el viernes, ello no fue posible... por culpa de la cerveza!

Después de un ensayo de castellers (mi afición sólida), nada mejor que unas cervecitas (mi afición líquida) con los amigos comentando la jugada. Como información fueron la típica Franziskaner Heffe-Weisse y la no tan típica Art Flama. No está nada mal la variedad cervecera de nuestro local, pero como no es mi armario pues no cuenta para el caso.

Esta última cerveza fue la excusa para interesar a un compañero en el mundo de la cerveza local, así que nos fuimos a la "micro" un rato, y allí cayeron su bitter "2.0" (quasi-IPA) y la robustus porter (quasi-café expresso).

Hablando, hablando, jiji, jaja, nos dieron las tantas, así que mejor me iba a la cama, a guardar fuerzas para el día siguiente, que tampoco era cuestión de abusar.

Y como ya he dicho que era una intro, os habéis pegado un panzón de leer, y aún no he empezado la primera cerveza. En el próximo post prometo ir al grano (maltado).



Las culpas se las echáis al birraire

Hace unos 20 años fui consciente que la cerveza era algo más que el "más de lo mismo" de la mayoría de barriles de la mayoría de bares.

El primer culpable fue Santi, el dueño de la cervecería Maes (Sabadell).
Allí pasé muchas horas, redescubriendo mi fe, a través de las abadías belgas.

Entre los muchos que llevé allí, mención especial a mi amigo Pere, culpable por estar a mi lado cuando he abierto muchas de mis mejores botellas, o de las suyas... y que siga siendo así!

Culpable fue Pepe, del Tropezón (La Llagosta), entre otras virtudes por conocerse sus más de 100 cervezas, que para la época era una bestialidad.

Culpable máximo: Rik. Sólo el diablo (el mismo de tantas etiquetas) pudo cruzar un belga en mi camino!
No sólo fue mi guía en un país infinito (el suyo de origen) sino que gracias a él puedo afirmar con orgullo que me han pagado por beber cerveza!

Hay otros culpables, mayores y menores, de mis aventuras cerveceras. Y va mi brindis por todos ellos.

Pero la culpa de que 20 años más tarde, me ponga a escribir del tema, la tiene el birraire, y su iniciativa del #FFdA (Finde Fondo de Armario). Gracias a esta excusa barata estoy destapando algunos caldos memorables, y me ha apetecido hablar de ello.

Así que si no os gusta lo que voy a escribir en estre blog (a ver cuanto dura la broma), las culpas se las echáis al birraire.

Pero no se lo tengáis en cuenta, porque tirando del hilo descubrí que es posible que yo esté en la lista de sus culpables!

Sed bienvenidos

Supuesto y admitido que esto sea un nuevo blog, y que la temática del cual sea la cerveza, no busquéis aprender nada de aquí fuera de lo que yo mismo aprenda sobre la marcha.
Saludos a todos, sed bienvenidos... bienvenida sed... voy a tomarme una cervecita...